Wednesday, July 26, 2006

MUESTRAS DE UN NAUFRAGIO

1ra. Tinaja que aparece sin detalles en su parte superior.
2da Tinaja con detalles en relieve.Fue encontrada a más de 70 mts igual que la anterior.
Vista de 2da Tinaja entera. Fotos: T.Brochado


El día que me enteré que un barco amigo trajo a superficie, entre sus redes, una tinaja antigua, creo que mi corazón antes que pararse, latió muy, pero muy fuerte.
El barco llegó a puerto, sus tripulantes sabían de mi pasión por la arqueología submarina y me esperaban. Debía contactar al cocinero, mi amigo y “paisano” Leo Méndez. Él fue quien aquella noche en el fragor del trabajo en cubierta corrió para recuperar y proteger al objeto que apenas llamó la atención a los concentrados marineros, jugados por completar bodegas, terminar y volver para estar con sus familias casi brevemente… y un poco más tarde, vuelta al mar.

Leo sonrió, me llevó hasta su camarote y en un rincón, asegurada de los movimientos de la navegación estaba ella. Todavía con ostras y otras incrustaciones en su redondez, era bella. La tomé cuidadosamente. Era pesada, su boca negra y profunda. Acerqué mi nariz por instinto y tenía y seguro que hoy todavía tiene, ese olor muy fuerte a “anchoítas”

Me di cuenta que Leo atesoraba aquella Tinaja, había signos de estar entusiasmado, que se descubría a sí mismo con esa antigüedad, que era de veras importante y la tenía con él.
Allí finalizó mi fantasía de poseerla e inmediatamente le dije: -“Leo!!! Necesitaría sacarle algunas fotos para mandárselas a un amigo arqueólogo y hacerle una réplica.”
-“Pero Tony!!! Llevátela!!! Es tuya!!!” – “No, de ninguna manera,” le dije.
-“Hagamos una cosa. Prestámela por 20 días más o menos.”
-“Bueno…” me dijo. Sentí que en su interior pasaban algunos pensamientos, relacionados con algo de resignación y de pérdida. Hombre de mar ducho en pasar momentos duros de verdad, al fín y al cabo, no sería tan importante aquella pieza que buscan los arqueólogos, gente que estudió pà eso.
Pero yo descubría alternativamente otra situación tan interesante como la Tinaja.
Contra todos los pronósticos, que seguramente tendrían todos los tripulantes, yo apasionado de los objetos extraídos del fondo del mar, amante de sus misterios, difícilmente sería capaz de devolver a los 20 días la Tinaja, a mí querido amigo Leo.
Sin embargo, luego de tenerla en mi casa, de mirarla, de sacarle muchas fotos, de compartirla, de soñarla teniéndola muy cerca, la devolví y me gustó. Fue bueno ver las caras de mis amigos marineros y su capitán y la cara de mi amigo Leo. Perdía algo pero ganaba mucho en los corazones de mis amigos, sin dudas y eso vale, sí que vale.


El que persevera triunfa


Pasaron algunos meses, y sin embargo algo sucedió para decirme que la historia todavía no había terminado. –“Tony!!! Te enteraste? Apareció otra Tinaja!!!” –“Nooo.. ¿En serio?” -“Sí!!! Andá a hablar con el maquinista.”
Otra vez subiendo al barco como flecha, chocándome con dolor con la dura y fuerte estructura, preparada para luchar contra la naturaleza, no para un sensibilizado buzo, más que frágil ante un premio por soñador y apasionado. Pero el maquinista ya no estaba, esperaba en su casa la inmediata vuelta al mar. Nada podía hacer, tampoco era para molestar a nadie, me dije, tratando de construir un poco de sensatez.

Mi trabajo me desconectó de aquel porfiado sueño, de todas maneras en el subconsciente seguía estando. El barco se fue. No sé por qué, de pronto comenzaban a aparecer otros aficionados a la arqueología. Resulta que el maquinista al ver interesado a otro buen amigo y mecánico naval, decidió entregársela.

Al otro día me encuentro con Pedro, -“Tony.. ,”me dice, -“Tengo una farola de bronce antigua..muy linda.” Yo sonreí…y me quedé estudiando y observando de qué se trataba aquello. Pedro era amigo de trabajo de muchos años y sabedor de mi pasión por las antigüedades del fondo del mar. Él tenía la nueva Tinaja, la que le entregó el maquinista, pero nada me decía de ella. Era un momento intrigante, casi interesante. Los pequeños tesoros también disparan situaciones inesperadas. Y ésta era una de ellas.
–“Pedro,” le digo, -“te dieron la tinaja…” –“sí!!!” me dice, mostrándose incómodo. –“Qué bueno!” le digo, sin ocultar mi desazón. –“¿Sabés qué pasa Tony? Mi mujer se re calentó con la tinaja.” -“Ta bien Pedro.” le digo, y continué con mis laburos tratando de ser justo al esforzarme por entender, que en todo caso, él tenía el mismo derecho que yo, y además ver que tuvo la suerte de descubrir la belleza y la importancia de aquel testimonio del pasado.

Por supuesto los días transcurrieron como los del “desamor” pensando que aquella belleza no fue mía, solamente por la mala fortuna, nada más. Un día lo llamo a Pedro y le pido visitar su casa para sacarle algunas fotos a la tinaja. Llegué a su casa, la familia grande me observaba con atención mientras Pedro posaba la tinaja sobre la mesa ancha, rodeada de todos ellos. Sin embargo cuando expresé mi sorpresa al verla más grande y con detalles impresionantes en su parte superior, la voz de su mujer sonó potente desde la cocina, -“La tinaja es mía!!!! Y nadie me la va a llevar!!”

-“OK Pedro, te agradezco mucho, nos vemos.. Chau gente.” Y me fui rápidamente decidido a olvidar. Ya tenía el punto final de aquella historia.
Y me olvidé.

Un día tocó largamente el timbre de mi casa. Me asomé, era Pedro. –“Mirá Tony aquí te traje la tinaja, es tuya, en serio. En el auto está mi mujer. Los dos quisimos traértela, tenela por favor.”
La alegría y la emoción fue inolvidable, mientras escribo me acompaña su figura, sólo debo levantar un poco los ojos y girarlos apenas hacía la izquierda, confieso que todos los días la miro.


La investigación

- “Daniel, encontré un español coleccionista de tinajas, me he comunicado con él.
Vio las fotos de mi tinaja, dice que tiene que ver con "Martabani" o algo así..que se debería comprobar la dureza del gres...para saber a qué temperatura fue cocinada. Él cree que es de origen chino...qué te parece? Dice que muchos buques españoles hacían provisiones en China y luego retornaban por nuestras costas hasta España. Se supone que esta tinaja china venía en un barco español.-“
Comunicación con mi amigo el arqueólogo Daniel Schávelzon.


Datos

Altura: 490 mm
Ancho: 350 mm
Boca: 125 mm exterior / 95 mm interior

De acuerdo a estas medidas esta tinaja era usada para el trasporte de vino y de pescado, esto fundamentalmente por el tamaño de la boca.

Antigüedad aproximada: más de 200 años

Orígenes probables: China o Sur de España

Lugar de hallazgo: zona de pesca lejana, frente a Península de Valdez

Profundidad: 70/100 m



Hasta el día de hoy sigo investigando el origen de estas maravillas.

2 Comments:

At 9:10 AM, Anonymous Anonymous said...

muy hermoso...me gustaria q mi hijo pudiera practicarlo. felicitaciones

 
At 5:58 PM, Blogger tony brochado said...

Gracias a ti.
Un abrazo de agua
Tony Brochado

 

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