Monday, November 27, 2006

DECISIONES RÄPIDAS




Las campañas del Instituto de Biología Marina “Alte. Storni” de San Antonio Oeste - Pcia. de Río Negro, siempre son urgentes, se enfrentan diariamente con la suerte de las tablas de marea y el sentido de los vientos.
Muchas veces se llega a la costa y se encuentra un inesperado y no deseado mar, tan desalentador que se decide volver al instituto con todo el equipamiento a cuestas, evaluando una próxima oportunidad.

Pero aquel día ( en el año 1996 contábamos ya con un buen gomón reforzado fabricado por la familia Moreni de la ciudad de Puerto Madryn- Pcia. del Chubut) decidimos enfrentar todas las condiciones adversas. Llegamos a la tercera bajada del balneario Las Grutas, la idea era que nos esperara en la costa nuestro compañero Néstor Dieu. En la ruta ya habíamos visto lo desfavorable de los vientos en la línea del horizonte.

Nunca olvidaré aquel escenario maravilloso de inmensidad, de azules, de verdes. Pinceladas de blancos furiosos que destellaban ráfagas de agua, trepadas en cada ola gigante, olas enojadas o temerarias que salían de su mundo y se metían en nosotros y nos estremecían de pies a cabeza.

-“Nos metemos o no nos metemos?”, le digo a Sandro. –“Nos metemos!!! Qué no!..” Nuestro compañero Néstor siempre fue el “sensato” del equipo. -“Déjense de joder”!! Pero la decisión estaba tomada, estábamos a pasos de ingresar a aquella fiesta de movimientos y de vértigo sin pausa. Con mal humor Néstor acerca la embarcación, la maniobra no debía llevar más de 30 segundos, el tiempo exacto entre ola y ola.
La ventaja de trabajar juntos muchos años, genera que cada uno hace su tarea sin necesidad de hablar, preguntar o dudar.

El “espiche” estaba puesto, la pata levantada. Incorporamos la personalidad de marino riguroso y adusto que hará sólo lo que tiene que hacer en navegación. Pocas palabras y todos los sentidos puestos en la proa y en el sinuoso camino de trepar y “barrenar”.

Giramos la embarcación poniéndola proa al viento, el agua nos daba a la cintura, la ola venía, la sujetábamos tomados de la “guirnalda” cercana a la popa. La ola explota sobre nosotros poniendo al gomón en perfecta posición vertical, cae y nos despega del piso, subimos sabiendo que en la próxima ola bajamos el motor y salimos!!! Ni antes ni después, tiene que ser en esa ola, si no es así, la pata del motor se podría destruir violentamente.

La navegación… Parecía casi imposible mantenerse en una embarcación que saltaba al ritmo ondulante en un sendero hostil y fascinante. La casualidad hizo que pasara por la costa nuestro amigo Cato Rojas. Días más tarde nos diría…-“Eran ustedes!! … A quién se le puede ocurrir meterse con ese día!!!”, recordaba sorprendido.

Con dificultad nos disponemos a bucear deslizándonos por el cabo del fondeo, única manera de tomar las muestras, sin perder de vista el gomón luego de emerger.
La visibilidad era nula, tan nula que el fuerte marrón del sedimento levantado se tornaba negro y luego volvía a ser marrón. Recogíamos las muestras casi al tacto, a los tumbos,
mientras que con una mano nos aferrábamos casi desesperadamente al cabo del fondeo.
En algún lugar del subconsciente, nosotros los buzos, en estas circunstancias siempre nos imaginamos cómo sería lo peor. Debemos proyectar esa situación para enfrentarla, llegado el caso, con la mayor claridad y frialdad. Aunque parezca extraño es la esencia para una larga vida en el buceo profesional.
Por que no es atractivo flotar en medio de olas enormes y furiosas, con corrientes descontroladas y vientos que nos puede alejar de la costa o de nuestra embarcación, siempre habrá reglas de hierro en el procedimiento de las tareas de alto riesgo.

Salimos de aquel infierno esperado, con las muestras a bordo y sintiendo el alivio de regresar a tierra con el viento bien de “popa”. El mar ya no nos enfrenta, nos empuja.
En la costa ya divisábamos a nuestro enojado amigo Néstor, seguro todo estaba previsto. El trailer en el mejor lugar de la playa, el cable del malacate estirado, la doble puesta en las cuatro ruedas de la camioneta, y el mate listo para la ruta. Aunque el enojo se fuera convirtiendo en formales proyectos de sonrisas…


Nuestro amigo se preocupaba con razón, aún sabiendo que nos gusta visitar el peligro pero no vivir en él, claro. La paz sigue siendo el lugar más buscado.

Saturday, November 18, 2006

LOGO MISTERIOSO



Foto: Enrique Morsan Lab. Inst. Biología Marina San Antonio Oeste RN

Buscar anclas, “qué lindo laburo” decimos, cuando nos solicitan este servicio. Tiene dos desafíos maravillosos, encontrarle el ancla a nuestro cliente y de paso encontrar objetos históricos por el camino.

Así sucedió cuando vimos brillar una loza escondida en la arena y confundida entre la fauna del fondeadero del puerto de San Antonio Este.

No recuerdo quién era mi “timonel” podría ser Néstor, Sandro, el gordo Reyes, mi amigo “torrero” Borda, hasta algún amigo de los de “allá” del puerto del Este, son tantos… Algunos eran niños, me saludan exactamente igual que ayer hoy, aún les queda aquella alegría, tenemos algo más en común hoy, somos padres. Podría ser un marinero, siempre hay momentos libres cuando el barco está amarrado. Eran otras épocas, no tan lejanas, el 11 de septiembre nos cambió la vida, en nuestro puerto hay rigor de vigilancia y control. No está mal, sólo son tiempos diferentes.

Es ternura la imagen, siempre fue igual, emerjo con mi tesoro ansioso, contento. En el gomón, es siempre la misma sonrisa, quizá el mismo pensamiento, quizá el mismo movimiento de cabeza. Tengo la complicidad natural de mis amigos, ellos soportan la pausa de la búsqueda principal, el objetivo del buceo y de la navegación. Todos lo saben y comprenden, alientan mi pasión por el misterio de encontrar signos del pasado, huellas de la vida cotidiana de aquellos otros marinos, q` estuvieron en el lugar exacto donde nosotros estamos.

Encontrar objetos abajo del agua nos agudiza la vista, nos hace descubrir, “ en las cosas, otras cosas”. El entorno del hallazgo se convierte en el marco importante de la emoción. Siempre les hablo y de alguna manera les agradezco, por acompañar esta belleza de botella, plato, copa, herramienta, ojo de buey, entre otros elementos. La inmensa población de testigos silenciosos, que llegan a superficie cargados de información.

En el fondo del mar, hay sensación de tempestad, de viento, de brisa, de tranquilidad, de luz, de oscuridad y a veces de paz. Cuando encontré esta pequeña fuentecita de loza, el sol entraba inundando un generoso horizonte de visibilidad, había un acuerdo con los dioses, una tregua con la “Ley de Murphy”

Busqué por internet hasta el cansancio pero no logré información sobre el logo que como una magnífica impronta se distingue con señorío, casi con descaro, de mis otros hallazgos. Esta fuentecita es pequeña pero pesada, característica de las “lozas de hotel” como se le decía antiguamente.


* Torrero: Técnico de Hidrografía Naval especialista en mantenimiento de balizas en el mar. El Pto. de San Antonio Este tiene desde hace muchos años personal estable de la Armada Nacional, en el lugar.

Tuesday, November 07, 2006

PRIMEROS PLANOS



Playa Orengo, Invierno, campaña para Inst. Biología Marina "Alte" Storni.
Mis amigos Sandro Acosta y Nestor Dieu. Me encantó hacer esta foto.



Fondo Sitio1 Pto. San Antonio Este. Trabajos profesionanles de buceo con empresa "El Austral" Pablito Sacco. Un primer plano increible. Tuve suerte.